Te regalo el silencio de mis labios
como responso mudo
que ulula, sin voz
el dolor de la incertidumbre.
Te obsequio la locura de mi deseo
que viaja pálida
entre canales neuronales
mientras espero (aveces con desidia), verte nuevamente.
Notas de epifanía
juegan oníricas
con gracia burlona
al ver que corrompo mi mente.
Pensamientos estóicos
se derrumban,
ya rendidos
frente a la falta de dominio.
Te regalo el fuego que enciende cada bocanada
furtiva entre dos pulmones,
el fuego que consume el papel
de la tranquilidad efímera.
Te obsequio el dolor corrosivo de un rechazo,
ese dolor ínfimo que corroe el ficticio corazón,
que hace morir en vida
por una mente desigual, no correspondida, introvertida.
Música de planos altos
se ve opacada al ver tus ojos,
y esas melodías son tuyas (también)
no importa nada
Poesía verde.
Verso rosa.
Prosa negra.
Poesía quimérica.
Te regalo el adentro y el afuera,
el conocimiento, que desees,
el espacio que quieras,
la sangre que satisfaga tu sed.
Y te regalo la Espera,
la espera eterna de tú persona,
el tiempo necesario, los detalles deseados
y las composiciones estúpidas.
Esperar...
¿?
A qué espero
Por qué espero
Por que si el tiempo cura todo,
curará la vista tu alma,
sanará mis vicios,
Y nos unira silencioso, elegante.
Exterior-Interior,
¿¡
A qué espero,
Por qué espero.
Por que aprendí
que aún ciego,
se puede amar
en muchos colores.
Se puede amar,
en un aroma;
se puede amar
en un pensamiento.
A qué espero,
¿?
Por qué espero
(¡!)
Espero por que amo,
Espero a quien amo.
Dentro-Fuera,
Yo soy el que Soy...
No hay comentarios:
Publicar un comentario